LA INTEGRIDAD: PARTE I
Naturaleza
de la Integridad
La
integridad es un atributo personal que implica la calidad de ser honesto y
ético en todas las acciones y decisiones. La persona íntegra se rige por un
conjunto de valores y principios que guían su comportamiento. Esto significa
que actúa de manera consistente con sus propios valores y respeta los valores
de los demás. La integridad no es simplemente la ausencia de comportamientos
fraudulentos o deshonestos, sino la presencia de una honestidad profunda y un
compromiso con la verdad, incluso cuando enfrentamos situaciones difíciles o
tentadoras.
Integridad
y Ética
La
integridad y la ética están estrechamente relacionadas. La persona íntegra se
adhiere a principios morales sólidos en todas las áreas de su vida. Esto
significa que toma decisiones basadas en la honestidad, la justicia y el
respeto por los demás. La integridad implica ser consecuente con los valores
personales, incluso cuando nadie está mirando. Es un faro ético que guía las
acciones y decisiones en todo momento.
La ética, como sistema de valores y normas, proporciona la base sobre la cual se construye la integridad. La integridad refuerza la ética al garantizar que esos valores se apliquen de manera coherente y honesta en todas las situaciones. La integridad es la práctica diaria de esos valores éticos, lo que la convierte en un motor impulsor de la sociedad moral y justa que todos deseamos
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